LA PUERTA
¡Qué suerte mi amor, que ya hayas regresado!
Era una frase como adosada a tus goznes.
Qué suerte mi amor, que ya hayas regresado.
Hoy derramo aceite sobre ti. Para que el crujir, no me atormente más con
su recuerdo.
Ya es suficiente con el acercar la llave a tu madera perfumada. Ya
adivino el enorme vacío que me espera dentro.
Liber
Constenla
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