LA PINTURA EN EL SIGLO XX
Liber
Constenla
Curso de las
estéticas 2
Año. 2012
LA RUPTURA DE LA TRADICIÓN
En el
siguiente trabajo espero desarrollar sucintamente, los diferentes procesos que
se fueron sucediendo en las primeras décadas del siglo XX, como consecuencia de
rupturas establecidas ya a finales del siglo XIX. Es aquí que comienzan a delinearse
fenómenos que van a alinear al arte con los movimientos vanguardistas.
Como en
todos los procesos históricos y el arte no podía quedar ajeno a ello, las
causas que los provocaron fueron de orden variado (revolución industrial, descubrimientos científicos,
avances tecnológicos, el primer confrontamiento armado a nivel mundial, cambio
en la situación social del artista etc.)
En esta
desesperada búsqueda de nuevos horizontes, se priorizó la valoración a lo
original, la ruptura con toda concepción que recordara prácticas anteriores,
defendiendo muchas veces posturas que en forma benevolente podríamos
catalogarlas de “ingenuas”.
Los caminos
tomados fueron muchos y diversos, el cuestionamiento a una sociedad catalogada
de decadente, la introspección en la mirada del artista hacia su ser interior,
abandonando temas que hasta el momento representaban sólo al mundo exterior,
una nueva concepción volumétrica de la pintura, la reivindicación del arte de
los niños y alienados, el valor e interpretación de un mundo onírico entre otros.
Frecuentemente
nos vemos tentados al analizar un tema, de desarrollarlo en estricta forma
cronológica, pero debemos tener en cuenta que los movimientos a los que nos
vamos a referir sobre todo hasta la
primera guerra mundial, estos convivieron en forma simultánea, ya
influenciándose entre sí o enfrascados en duras confrontaciones entre sus más
exacerbados adeptos.
MOVIMIENTOS Y ARTISTAS MÁS INFLUYENTES EN
EL PROCESO DE RUPTURA
Comencemos a
mencionar al impresionismo, como un verdadero proceso de ruptura con los
procesos que se venían sucediendo desde el Renacimiento. La pintura al aire
libre con la finalidad de captar las relaciones de luz y color, el divisionismo
con su paleta conformada por pequeñas pinceladas de colores puros, el
simbolismo y la vuelta a la pintura plana.
P, Gauguin
con sus grandes áreas delimitadas por gruesos trazos negros, Vincent Van Gogh
también iniciado en el impresionismo,
transformando su mirada con una pincelada sinuosa, vigorosa creando un lenguaje
de fuerza avasalladora, Paul Cézanne con un concepto mas constructivista son
los que van a influir en forma más decidida en los pintores del siglo XX, este
último con una elaboración más mental, donde los objetos y el color, están en
función de la armonía del cuadro, no de leyes de perspectiva establecidas
siglos atrás.
EL FAUVISMO: Es una de las primeras
reacciones artísticas del siglo. Esta pintura se caracteriza por la
confrontación cromática y exaltación del color, utilizándolos con gran libertad
en estado puro, sin modelado de luces y sombras, tratando de que sea el color
el que impregne a sus obras de la mayor expresividad.
Paisajes y
retratos, son los temas más recurrentes en la obras de Matisse que fue sin duda
su mayor líder, poseedor de un trazo seguro y gran calidad en el dibujo. Sus
integrantes en realidad nunca formaron una tendencia de grupo, desintegrándose
como movimiento en forma rápida. Junto al grupo “Del Puente” de origen
germánico, forman el primer gran paso de ruptura denominado como Expresionismo.
EL EXPRESIONISMO ALEMÁN: El puente.
La ciudad de
Dresde fue el escenario del primer grupo expresionista alemán fundado por
figuras como Ernst Kirchner, Enk Hechel, Karl Schmidt, y Fritz Bleyl, a los que
más tarde se le unirían Max Pechstein, Otto Muller y Emil Nolde.
A diferencia
del expresionismo francés, este grupo se inserta en examinar la realidad social
en que viven, desde una perspectiva conflictiva. Además de las influencias de
Gauguin y Van Gogh mencionadas anteriormente, debemos señalar la del pintor
noruego Edward Munch con una temática atormentada, con personajes y paisajes
que se caracterizan por su inestabilidad en una representación trágica de la
vida.
Además de la
pintura sobre todo Kirchner dedica gran tiempo a la xilografía y el grabado,
con sus formas simplificadas y determinantes contrastes de luces y sombras.
En 1910 este
grupo decepcionado por la pobre acogida recibida en su ciudad, se traslada a
Berlín internándose en la representación de escenas callejeras, locales
públicos, vistas urbanas, representadas desde perspectivas muy distorsionadas.
El movimiento
llegó a aglutinar la sociedad más renovadora de la cultura Alemana, impregnando
su estilo a la música, la literatura, el teatro la arquitectura y el cine.
Fuera del
ámbito de Alemania, el movimiento alcanzó gran desarrollo en Austria con
figuras como G Klimt y O. Kokoschka. Dentro del contexto del expresionismo
alemán los artistas en torno a la figura de Kandinsky, conforman un nuevo grupo
(El jinete Azul), donde sus componentes expusieron mayor independencia a el
grupo de Dresde.
Kandinsky se
va inclinando decididamente hacia la abstracción. La cantidad de bocetos
realizados para sus obras, demuestran que pese a su apariencia espontánea, hay
detrás de ellas un concienzudo estudio. También es de destacar la personalidad
de Franz Marc, desarrollando una teoría muy personal en cuanto a la cualidad de
los colores y las formas.
EL CUBISMO.
Al igual que
con el Fauvismo su denominación parte de un artículo firmado por un crítico de
arte. Sus representantes más destacados fueron Picasso, Braque y J.Gris. A
Picasso se le atribuye con su pintura (Las chicas de la calle Avinyó), ser el
primero en descomponer sus figuras mostrándolas como si fueran volúmenes,
proyectándolas desde diferentes ángulos. Estas parecieran ser talladas más que
pintadas con rasgos que muestran gran influencia del arte africano.
Si bien la
ruptura en dicho cuadro pertenece exclusivamente a Picasso, el lenguaje que
comienza a desarrollarse en este período tiene una innegable influencia de
Cézanne. En este período se refleja tanto en las obras de Picasso como Braque
una simplificación y geometrización de los objetos, llevando su paleta a
colores neutros predominando el verde y el ocre.
El paso
siguiente del movimiento se traduce en reflejar ya una elaboración mental, pues
como el mismo Picasso expresó “pinto las cosas como las pienso no como las veo”
demuestra que la imagen pintada, es representada desde una multiplicidad de
enfoques.
Otro aporte
importante y trascendental del movimiento, es la integración al cuadro de
letras, recortes de diario, telas, papeles pintados etc. derivando la
aportación del Cubismo al collage. En él se comienza el artista a liberar de la
utilización de los pinceles, con una mirada completamente distinta de la que
debe ser la esencia de la obra de arte.
Los objetos
se van fragmentando cada vez más hasta llegar a ser casi irreconocibles en un paso más hacia la abstracción. Esta fragmentación
será utilizada por pintores como Delaunay y Marcel Duchamp, para tratar de
captar en sus cuadros el efecto de movimiento.
EL FUTURISMO
El futurismo
tiene una clara implicación ideológica. Su impulsor Tomaso Marinetti, ensalza
la audacia, el peligro, la velocidad. Éste movimiento emparentado con el
fascismo y proveniente también del lenguaje cubista, emplea el puntillismo y el
divisionismo para representar sus inquietudes.
El futurismo
nace en Italia, país de contexto social y económico muy crítico donde sus
artistas también Carrá, Balla y Severino, asumen propuestas radicales
anunciando un nuevo concepto de belleza en la velocidad, apareciendo los
primeros manifiestos donde se atacaba a los expresionistas centroeuropeos.
Todos los
futuristas apoyaron decididamente la política expansionista, participando en
manifestaciones a favor de la intervención de Italia en el conflicto armado.
Terminada la guerra donde muchos de ellos perdieron la vida, aquella exaltación
inicial se confrontó con la cruel realidad de la derrota.
A éste
movimiento lo siguió en Italia el de la pintura metafísica con la aparición de
Giorgio De Chirico. En sus cuadros comienzan a aparecer la transgresión a la
lógica en los objetos expuestos (monumentos de la antigüedad junto a otros
modernos, relojes marcando horas que no correspondían a la luz que se
representaba en el cuadro etc. Esta combinación arbitraria en la disposición de
los objetos va a dar cabida más tarde al movimiento surrealista.
EL DADÁ
En este movimiento en particular se visualiza en particular el desencanto
reinante después de la guerra con propuestas antiartísticas y destructivas.
El primer
grupo surgió en Zurich en plena contienda, realizando sus actividades en el
Cabaret Voltaire con actuaciones cada vez más provocadoras (recitados de poemas
incoherentes, en idiomas incomprensibles, poemas simultáneos) Dos años más
tarde se hace conocer el primer manifiesto del grupo redactado por Tzara.
También en
Estados Unidos surge otro grupo encabezado por Duchamp y Picabia. Duchamp tal
vez fue el primero en presentar objetos de uso cotidiano para proclamarlos como
obras de arte, ejemplos son su rueda de bicicleta encima de un taburete, el porta
botellas, o el mingitorio. Si bien abandonó en sus últimos veinte años la
actividad artística activa, se supo después de su muerte que durante todo ese
tiempo estuvo trabajando en el anonimato.
La postura
Dadá se reflejó en todas las ramas del arte ( pintura, literatura, música)
proyectando toda clase de espectáculos a cuál de ellos más provocativos,
causando violentos disturbios entre y con el auditorio.
EL SURREALISMO
El movimiento adquiere toda su dimensión a partir del manifiesto firmado
por André Breton a fines de 1924. Este movimiento al igual que el Dadá trasmite
el repudio al sistema social existente pero con una mirada esperanzadora, la creencia
que todavía era posible crear a un hombre nuevo en un mundo mejor. Tomando las
teorías de S. Freud con respecto al inconsciente, comienza a ensayar la
representación en el arte de este mundo hasta ahora ignorado. Permite al
artista la formulación y asociación de imágenes múltiples trasladadas al lienzo
de forma plenamente consciente.
En el
movimiento se destacan Jean Arp, Max Ernst, Paul Klee, Joan Miró. La vertiente
onírica del surrealismo tiene sus máximos exponentes en René Magritte y en
Salvador Dalí. Magritte con el cambio de escala y modificación del material en
los objetos, Dalí con sus imágenes paranoicas o dobles donde se representan de
manera simultánea dos o más realidades diferentes.
Con el
Constructivismo y el Neoplasticismo daremos como terminado este breve resumen
de los principales movimientos de vanguardia a principios del siglo. En el Constructivismo
se destacan Malévich y Vladimir Tatlín. Este último, con estructuras concebidas
a ser suspendidas en el aire, en los ángulos de las habitaciones. El creador
del segundo movimiento fue Piet Mondrian. Si bien su obra parte de un
conocimiento de la obra de Cézanne y la etapa cubista, en ella comienza cada
vez más a delimitarla en planos más regulares en una trama de líneas verticales
y horizontales, que en su encuentro forman cuadrados y rectángulos pintados
exclusivamente con colores primarios, el blanco y el negro.
CONCLUSIÓN Y REFLECCIONES SOBRE LA PREMISA
Creo que se puede decir que aunque
laborioso, hasta aquí fue el lado fácil del trabajo encomendado. Con el
seguimiento durante años del acontecer artístico, la aparición de Internet y un
número de autorizada bibliografía al
alcance la mano, nos permite en el
momento deseado, recordar, recopilar, conocer nuevos datos, de todo lo transcurrido
en el arte desde que tenemos uso de raciocinio hasta nuestros días.
Si bien la vorágine
de acontecimientos transitados durante el siglo XX nos enfrenta a un cúmulo de
complejidades, de aceptación o rechazo diversos, creo que una postura lo más
abierta posible, nos permite conseguir al menos una comprensión de los hechos
que se fueron sucediendo.
Para
comenzar creo que debería formular las bases de lo que considero como
“verdadero” en arte (a sabiendas que es una postura totalmente personal) por lo
menos hasta que se me convenza de lo contrario.
Cada vez más
la comercialización dentro de los círculos artísticos (críticos, galeristas,
subastadores, curadores, coleccionistas y porqué no museos) con frases como “El
arte vale lo que se paga por él” dichos por muchos de aquellos que dominan el
mercado con real convencimiento, nos hace desconfiar de lo que con presuntuosa
autoridad pretenden dirigir y delinear posturas que nuestra sensibilidad se
opone a aceptar.
Comienzo a
declarar que me adhiero a aquellos que proclaman que la obra de arte debe
explicarse por sí misma. Por lo tanto tiendo a rechazar todo intento de explicación del fenómeno
artístico por medio de manifiesto, y ampulosos tratados que cada vez más prescinden
del verdadero actor “La obra propiamente dicha”.
Las
reflexiones de como comienza a concebirse una obra pueden ser varias y todos
valederas. Ya pueden surgir de una idea previa, o fruto del descubrimiento
dentro de la manipulación de los materiales, del azar siempre que éste no sea
considerado como el destino final de una obra que cayó de una mesa adoptando
una postura que nos parece más favorable, o la dada vuelta de un cuadro patas
arriba. Este encuentro fortuito no es más que otro punto de partida para una
nueva mirada que nos permita tomar con renovadas energías todo desde el
comienzo.
Muchos
autores y coincido con ellos, han proclamado que la obra de arte surge de un 5%
de inspiración y un 95% de transpiración (porcentaje a convenir).
De niño al
escuchar un nocturno de Chopin, pensaba sin dudarlo que este había sido producto
de un solo aliento, como dictado desde arriba por una inteligencia superior,
hasta que supe de la infinidad de plumas rotas por el autor hasta acercarse a
lo que él consideraba sin mucho convencimiento como terminado y que reflejaba
en algo aquello imposible de ser apropiado, el misterio que aleteaba de algo que
le era desconocido y al cual apenas podía acercarse.
Otro ejemplo
esclarecedor, es el conocimiento de la jornada de trabajo de Igor Stravinsky
(El Picasso de la música en el siglo XX). Su día comenzaba por la mañana con la
búsqueda de sonoridades, acordes, líneas melódicas, que le dieran alguna idea
para aferrarse a una línea de trabajo. Por la tarde retomaba aquello que le
parecía prometedor para comenzar a investigarlo en profundidad. Esto uno y otro
día, sin interrupción, sin renunciamientos en una búsqueda fatigosa, incesante
solo destinado a aquellos a realizar obras trascendentes.
También me
adhiero a la búsqueda de nuevos estados de conciencia para plasmarlos más tarde
en el soporte elegido, pero dentro de la cordura, no del desequilibrio o
desenfreno producido por sustancias a la larga destructivas. No dudo de la
riqueza de lo onírico y del subconsciente pero siempre que a éste podamos
traerlo dentro del ámbito de lo conciencia para poder ser manejada con
capacidad y madurez.
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