jueves, 13 de septiembre de 2012



                              LA PINTURA EN EL SIGLO XX












           



            Liber Constenla
            Curso de las estéticas 2
            Año. 2012





                                   LA RUPTURA DE LA TRADICIÓN
            En el siguiente trabajo espero desarrollar sucintamente, los diferentes procesos que se fueron sucediendo en las primeras décadas del siglo XX, como consecuencia de rupturas establecidas ya a finales del siglo XIX. Es aquí que comienzan a delinearse fenómenos que van a alinear al arte con los movimientos vanguardistas.
            Como en todos los procesos históricos y el arte no podía quedar ajeno a ello, las causas que los provocaron fueron de orden variado (revolución  industrial, descubrimientos científicos, avances tecnológicos, el primer confrontamiento armado a nivel mundial, cambio en la situación social del artista etc.)
            En esta desesperada búsqueda de nuevos horizontes, se priorizó la valoración a lo original, la ruptura con toda concepción que recordara prácticas anteriores, defendiendo muchas veces posturas que en forma benevolente podríamos catalogarlas de “ingenuas”.
            Los caminos tomados fueron muchos y diversos, el cuestionamiento a una sociedad catalogada de decadente, la introspección en la mirada del artista hacia su ser interior, abandonando temas que hasta el momento representaban sólo al mundo exterior, una nueva concepción volumétrica de la pintura, la reivindicación del arte de los niños y alienados, el valor e interpretación de  un mundo onírico entre otros.
            Frecuentemente nos vemos tentados al analizar un tema, de desarrollarlo en estricta forma cronológica, pero debemos tener en cuenta que los movimientos a los que nos vamos a referir sobre todo hasta  la primera guerra mundial, estos convivieron en forma simultánea, ya influenciándose entre sí o enfrascados en duras confrontaciones entre sus más exacerbados adeptos.









            MOVIMIENTOS Y ARTISTAS MÁS INFLUYENTES EN EL PROCESO DE RUPTURA

            Comencemos a mencionar al impresionismo, como un verdadero proceso de ruptura con los procesos que se venían sucediendo desde el Renacimiento. La pintura al aire libre con la finalidad de captar las relaciones de luz y color, el divisionismo con su paleta conformada por pequeñas pinceladas de colores puros, el simbolismo y la vuelta a la pintura plana.
            P, Gauguin con sus grandes áreas delimitadas por gruesos trazos negros, Vincent Van Gogh también iniciado en el  impresionismo, transformando su mirada con una pincelada sinuosa, vigorosa creando un lenguaje de fuerza avasalladora, Paul Cézanne con un concepto mas constructivista son los que van a influir en forma más decidida en los pintores del siglo XX, este último con una elaboración más mental, donde los objetos y el color, están en función de la armonía del cuadro, no de leyes de perspectiva establecidas siglos atrás.
            EL FAUVISMO: Es una de las primeras reacciones artísticas del siglo. Esta pintura se caracteriza por la confrontación cromática y exaltación del color, utilizándolos con gran libertad en estado puro, sin modelado de luces y sombras, tratando de que sea el color el que impregne a sus obras de la mayor expresividad.
            Paisajes y retratos, son los temas más recurrentes en la obras de Matisse que fue sin duda su mayor líder, poseedor de un trazo seguro y gran calidad en el dibujo. Sus integrantes en realidad nunca formaron una tendencia de grupo, desintegrándose como movimiento en forma rápida. Junto al grupo “Del Puente” de origen germánico, forman el primer gran paso de ruptura denominado como Expresionismo.
            EL EXPRESIONISMO ALEMÁN: El puente.
            La ciudad de Dresde fue el escenario del primer grupo expresionista alemán fundado por figuras como Ernst Kirchner, Enk Hechel, Karl Schmidt, y Fritz Bleyl, a los que más tarde se le unirían Max Pechstein, Otto Muller y Emil Nolde.
            A diferencia del expresionismo francés, este grupo se inserta en examinar la realidad social en que viven, desde una perspectiva conflictiva. Además de las influencias de Gauguin y Van Gogh mencionadas anteriormente, debemos señalar la del pintor noruego Edward Munch con una temática atormentada, con personajes y paisajes que se caracterizan por su inestabilidad en una representación trágica de la vida.
            Además de la pintura sobre todo Kirchner dedica gran tiempo a la xilografía y el grabado, con sus formas simplificadas y determinantes contrastes de luces y sombras.
            En 1910 este grupo decepcionado por la pobre acogida recibida en su ciudad, se traslada a Berlín internándose en la representación de escenas callejeras, locales públicos, vistas urbanas, representadas desde perspectivas muy distorsionadas.
            El movimiento llegó a aglutinar la sociedad más renovadora de la cultura Alemana, impregnando su estilo a la música, la literatura, el teatro la arquitectura y el cine.
            Fuera del ámbito de Alemania, el movimiento alcanzó gran desarrollo en Austria con figuras como G Klimt y O. Kokoschka. Dentro del contexto del expresionismo alemán los artistas en torno a la figura de Kandinsky, conforman un nuevo grupo (El jinete Azul), donde sus componentes expusieron mayor independencia a el grupo de Dresde.
            Kandinsky se va inclinando decididamente hacia la abstracción. La cantidad de bocetos realizados para sus obras, demuestran que pese a su apariencia espontánea, hay detrás de ellas un concienzudo estudio. También es de destacar la personalidad de Franz Marc, desarrollando una teoría muy personal en cuanto a la cualidad de los colores y las formas.
            EL CUBISMO.
            Al igual que con el Fauvismo su denominación parte de un artículo firmado por un crítico de arte. Sus representantes más destacados fueron Picasso, Braque y J.Gris. A Picasso se le atribuye con su pintura (Las chicas de la calle Avinyó), ser el primero en descomponer sus figuras mostrándolas como si fueran volúmenes, proyectándolas desde diferentes ángulos. Estas parecieran ser talladas más que pintadas con rasgos que muestran gran influencia del arte africano.
            Si bien la ruptura en dicho cuadro pertenece exclusivamente a Picasso, el lenguaje que comienza a desarrollarse en este período tiene una innegable influencia de Cézanne. En este período se refleja tanto en las obras de Picasso como Braque una simplificación y geometrización de los objetos, llevando su paleta a colores neutros predominando el verde y el ocre.
            El paso siguiente del movimiento se traduce en reflejar ya una elaboración mental, pues como el mismo Picasso expresó “pinto las cosas como las pienso no como las veo” demuestra que la imagen pintada, es representada desde una multiplicidad de enfoques.
            Otro aporte importante y trascendental del movimiento, es la integración al cuadro de letras, recortes de diario, telas, papeles pintados etc. derivando la aportación del Cubismo al collage. En él se comienza el artista a liberar de la utilización de los pinceles, con una mirada completamente distinta de la que debe ser la esencia de la obra de arte.
            Los objetos se van fragmentando cada vez más hasta llegar a ser casi irreconocibles en  un paso más hacia la abstracción. Esta fragmentación será utilizada por pintores como Delaunay y Marcel Duchamp, para tratar de captar en sus cuadros el efecto de movimiento.
            EL FUTURISMO
            El futurismo tiene una clara implicación ideológica. Su impulsor Tomaso Marinetti, ensalza la audacia, el peligro, la velocidad. Éste movimiento emparentado con el fascismo y proveniente también del lenguaje cubista, emplea el puntillismo y el divisionismo para representar sus inquietudes.
            El futurismo nace en Italia, país de contexto social y económico muy crítico donde sus artistas también Carrá, Balla y Severino, asumen propuestas radicales anunciando un nuevo concepto de belleza en la velocidad, apareciendo los primeros manifiestos donde se atacaba a los expresionistas centroeuropeos.
            Todos los futuristas apoyaron decididamente la política expansionista, participando en manifestaciones a favor de la intervención de Italia en el conflicto armado. Terminada la guerra donde muchos de ellos perdieron la vida, aquella exaltación inicial se confrontó con la cruel realidad de la derrota.
            A éste movimiento lo siguió en Italia el de la pintura metafísica con la aparición de Giorgio De Chirico. En sus cuadros comienzan a aparecer la transgresión a la lógica en los objetos expuestos (monumentos de la antigüedad junto a otros modernos, relojes marcando horas que no correspondían a la luz que se representaba en el cuadro etc. Esta combinación arbitraria en la disposición de los objetos va a dar cabida más tarde al movimiento surrealista.
            EL DADÁ
            En este movimiento en particular se visualiza en particular el desencanto reinante después de la guerra con propuestas antiartísticas y destructivas.
            El primer grupo surgió en Zurich en plena contienda, realizando sus actividades en el Cabaret Voltaire con actuaciones cada vez más provocadoras (recitados de poemas incoherentes, en idiomas incomprensibles, poemas simultáneos) Dos años más tarde se hace conocer el primer manifiesto del grupo redactado por Tzara.
            También en Estados Unidos surge otro grupo encabezado por Duchamp y Picabia. Duchamp tal vez fue el primero en presentar objetos de uso cotidiano para proclamarlos como obras de arte, ejemplos son su rueda de bicicleta encima de un taburete, el porta botellas, o el mingitorio. Si bien abandonó en sus últimos veinte años la actividad artística activa, se supo después de su muerte que durante todo ese tiempo estuvo trabajando en el anonimato.
            La postura Dadá se reflejó en todas las ramas del arte ( pintura, literatura, música) proyectando toda clase de espectáculos a cuál de ellos más provocativos, causando violentos disturbios entre y con el auditorio.
            EL SURREALISMO
            El movimiento adquiere toda su dimensión a partir del manifiesto firmado por André Breton a fines de 1924. Este movimiento al igual que el Dadá trasmite el repudio al sistema social existente pero con una mirada esperanzadora, la creencia que todavía era posible crear a un hombre nuevo en un mundo mejor. Tomando las teorías de S. Freud con respecto al inconsciente, comienza a ensayar la representación en el arte de este mundo hasta ahora ignorado. Permite al artista la formulación y asociación de imágenes múltiples trasladadas al lienzo de forma plenamente consciente.
            En el movimiento se destacan Jean Arp, Max Ernst, Paul Klee, Joan Miró. La vertiente onírica del surrealismo tiene sus máximos exponentes en René Magritte y en Salvador Dalí. Magritte con el cambio de escala y modificación del material en los objetos, Dalí con sus imágenes paranoicas o dobles donde se representan de manera simultánea dos o más realidades diferentes.
            Con el Constructivismo y el Neoplasticismo daremos como terminado este breve resumen de los principales movimientos de vanguardia a principios del siglo. En el Constructivismo se destacan Malévich y Vladimir Tatlín. Este último, con estructuras concebidas a ser suspendidas en el aire, en los ángulos de las habitaciones. El creador del segundo movimiento fue Piet Mondrian. Si bien su obra parte de un conocimiento de la obra de Cézanne y la etapa cubista, en ella comienza cada vez más a delimitarla en planos más regulares en una trama de líneas verticales y horizontales, que en su encuentro forman cuadrados y rectángulos pintados exclusivamente con colores primarios, el blanco y el negro.






                        CONCLUSIÓN Y REFLECCIONES SOBRE LA PREMISA
            Creo que se puede decir que aunque laborioso, hasta aquí fue el lado fácil del trabajo encomendado. Con el seguimiento durante años del acontecer artístico, la aparición de Internet y un número de  autorizada bibliografía al alcance la  mano, nos permite en el momento deseado, recordar, recopilar, conocer nuevos datos, de todo lo transcurrido en el arte desde que tenemos uso de raciocinio hasta nuestros días.
            Si bien la vorágine de acontecimientos transitados durante el siglo XX nos enfrenta a un cúmulo de complejidades, de aceptación o rechazo diversos, creo que una postura lo más abierta posible, nos permite conseguir al menos una comprensión de los hechos que se fueron sucediendo.
            Para comenzar creo que debería formular las bases de lo que considero como “verdadero” en arte (a sabiendas que es una postura totalmente personal) por lo menos hasta que se me convenza de lo contrario.
            Cada vez más la comercialización dentro de los círculos artísticos (críticos, galeristas, subastadores, curadores, coleccionistas y porqué no museos) con frases como “El arte vale lo que se paga por él” dichos por muchos de aquellos que dominan el mercado con real convencimiento, nos hace desconfiar de lo que con presuntuosa autoridad pretenden dirigir y delinear posturas que nuestra sensibilidad se opone a aceptar.
            Comienzo a declarar que me adhiero a aquellos que proclaman que la obra de arte debe explicarse por sí misma. Por lo tanto tiendo a rechazar  todo intento de explicación del fenómeno artístico por medio de manifiesto, y ampulosos tratados que cada vez más prescinden del verdadero actor “La obra propiamente dicha”.
            Las reflexiones de como comienza a concebirse una obra pueden ser varias y todos valederas. Ya pueden surgir de una idea previa, o fruto del descubrimiento dentro de la manipulación de los materiales, del azar siempre que éste no sea considerado como el destino final de una obra que cayó de una mesa adoptando una postura que nos parece más favorable, o la dada vuelta de un cuadro patas arriba. Este encuentro fortuito no es más que otro punto de partida para una nueva mirada que nos permita tomar con renovadas energías todo desde el comienzo.
            Muchos autores y coincido con ellos, han proclamado que la obra de arte surge de un 5% de inspiración y un 95% de transpiración (porcentaje a convenir).
            De niño al escuchar un nocturno de Chopin, pensaba sin dudarlo que este había sido producto de un solo aliento, como dictado desde arriba por una inteligencia superior, hasta que supe de la infinidad de plumas rotas por el autor hasta acercarse a lo que él consideraba sin mucho convencimiento como terminado y que reflejaba en algo aquello imposible de ser apropiado, el misterio que aleteaba de algo que le era desconocido y al cual apenas podía acercarse.
            Otro ejemplo esclarecedor, es el conocimiento de la jornada de trabajo de Igor Stravinsky (El Picasso de la música en el siglo XX). Su día comenzaba por la mañana con la búsqueda de sonoridades, acordes, líneas melódicas, que le dieran alguna idea para aferrarse a una línea de trabajo. Por la tarde retomaba aquello que le parecía prometedor para comenzar a investigarlo en profundidad. Esto uno y otro día, sin interrupción, sin renunciamientos en una búsqueda fatigosa, incesante solo destinado a aquellos a realizar obras trascendentes.
            También me adhiero a la búsqueda de nuevos estados de conciencia para plasmarlos más tarde en el soporte elegido, pero dentro de la cordura, no del desequilibrio o desenfreno producido por sustancias a la larga destructivas. No dudo de la riqueza de lo onírico y del subconsciente pero siempre que a éste podamos traerlo dentro del ámbito de lo conciencia para poder ser manejada con capacidad y madurez.